RÍO DE JANEIRO, 30 may (Xinhua) — El sector de los agronegocios fue el motor de la economía brasileña en el primer trimestre, según explicó a Xinhua el economista Gilberto Braga, profesor del Instituto Brasileño de Mercado de Capitales (Ibmec), quien no obstante alertó sobre los riesgos de un crecimiento sostenido por un solo pilar.
El estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística divulgó este viernes que el Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil creció un 1,4 por ciento en el primer trimestre en comparación con los tres meses anteriores, resultado muy superior al 0,1 por ciento de crecimiento obtenido entre octubre y diciembre.
«El dato más relevante de este primer trimestre ha sido el extraordinario crecimiento del sector agropecuario, que aumentó un 12,2 por ciento en comparación con el trimestre anterior. Ese crecimiento fue el responsable directo del avance del 1,4 por ciento en el PIB total del país», sostuvo Braga.
Según Braga, la recuperación del agro en el inicio de 2025 está relacionada con condiciones climáticas más favorables y con avances en productividad, además de una base de comparación debilitada por las adversidades del año anterior.
«En 2024, la (industria) agropecuaria enfrentó una combinación de sequías en varias regiones y graves inundaciones en el sur del país. Este año el clima fue más benigno, y eso se reflejó directamente en la producción y el PIB», detalló.
En contraste con el agro, los demás sectores mostraron señales de desaceleración. «La industria retrocedió un 0,1 por ciento, y los servicios crecieron apenas un 0,3 por ciento en el trimestre. Son cifras que indican un freno en la actividad más allá del agronegocio», indicó el economista del Ibmec.
Braga señaló que el alto nivel de la tasa Selic, fijada en el 14,75 por ciento anual, ha tenido un efecto claro sobre el consumo y la inversión.
«El endurecimiento monetario para contener la inflación encarece el crédito, desestimula el consumo de las familias y retrasa decisiones de inversión. Aun así, el consumo privado creció un 1,0 por ciento y la inversión, medida por la formación bruta de capital fijo, subió un 3,1 por ciento, lo cual sorprende positivamente», comentó.
Para Braga, esos resultados se deben a factores específicos. «Hubo efectos de base, impulso fiscal, programas de transferencia de ingresos y también un volumen significativo de importaciones puntuales, como plataformas de petróleo, que inflaron el componente de inversión», explicó.
El economista advierte que, si se excluye el agronegocio, la economía brasileña ya está mostrando una desaceleración visible. «Lo que vemos es un crecimiento sostenido por un solo pilar. Si este pilar se debilita en los próximos trimestres, el PIB puede registrar caídas marginales. No hablamos de una recesión, pero sí de una economía que pierde tracción de forma moderada», afirmó.
