En palabras de Maquiavelo, “el que engaña encontrará siempre quien se deja engañar”. Y en descargo, el hombre común prefiere, a veces degusta, y digiere ese engaño desde la comodidad e incluso, con la desidia en proa. Porque es más sencillo entregar mis decisiones al otro, para trabajar menos y ocuparse de sí mismo.

Parafraseando a Churchill la democracia es el peor sistema político inventado por los hombres, a excepción de los demás. Y es en ella donde debe emerger el liderazgo necesario, y probo, para hacer que ésta funcione.

La victoria del republicano Donald Trump supone el agotamiento del pueblo estadounidense, en el sentido, de la comunidad y nación ante propuestas y desvíos que rompían con su estilo, y visión de vida. Ha sido derrotado el “Woke”, el progresismo en esta era post liberal. Porque se estaba yendo hacia desfiladero inconcluso de una anomia, peligrosa y estruendosa, previa arquitectura jurídica amañada , para crear nuevos vestigios y lazos duraderos de ideología e identidad norteamericana. Para luego crear algo nuevo aunque fuese malo.

El Presidente Electo eleva los conceptos de tradición, familia, género, y se arrodilla, como debe ser, en su más prístina conciencia cristiana, para subrayar que el “más famoso en la tierra es Jesucristo, y que de él necesitamos reconocimiento y apoyo”. Los conservadores tienen la palabra, el poder y ahora deben actuar.

Los demócratas con Kamala Harris, como su candidata, no exhibieron la estrategia adecuada e impulsaron un duro desgaste de su partido, con sobrada irreversibilidad.

Los progres han sido desplazados. Y con ellos, desde esa gran vitrina sajona, quizá caigan otros más, por efecto dominó, y en esa plataforma endeble de un castillo de naipes.

El MAGA “Make América Great Again” de Trump tuvo punch, vértice de un gran marketing y comunicación política. Pero antes se habló en poesía, y ahora se expresará en prosa. Porque la votación popular aunque favorable, mantiene adeptos desde la trinchera opuesta a los republicanos y al propio Presidente Electo., que suman un 47% del total apto para sufragar.

Donald Trump tendrá mayoría en el senado, en gobernaciones y ya proyect mayoría en la cámara de representantes. Es decir, el camino despejado para ejecutar políticas glocales de alto impacto.

Y no se trata de ser adepto, ni grupo afecto al líder nombrado; pero es entender que tiene el camino despejado para ejercer el liderazgo.

Si cree en lo que dijo, le ha sido conferido un poder por altísimo, el que quita y pone reyes. Ahora es tiempo de cristalizar ese liderazgo, para mejorar lo local y lo global con sindéresis con esperanza multicolor.

En el concierto de naciones persisten los intereses. Y será necesario satisfacer inicialmente sus necesidades internas, pasando por el mejor análisis sociopolítico y FODA respectivo.

Al final todo está escrito así … Dei Tempus Perfectum Est , porque Alía Iacta Est.

Que sea todo para bien, te lo rogamos señor. Porque las palabras de Mandela también fueron tuyas… siempre hay tiempo para hacer las cosas bien.