Por Luis Carlucho Martín
El delantero genovés, auspiciado por la Corona española, hubo de encontrarse con los defensores, pobladores originarios de lo que el agresor creía que eran Las Indias, pero que en realidad era tierra Caribe, llamada por algunos pobladores Abya Yala. El desafortunado encuentro –no acordado– quedó registrado en la historia del partido, en el que aun los autóctonos intentan estrategias para mantener su hábitat, respetar la Pachamama, evitar expoliación, muertes y otros delitos sin culpables, aunque es un secreto a voces que fueron los enviados imperiales que llegaron con órdenes de colonizar, conquistar y expropiar…
Cristóbal Colón era el CR7 de aquel momento, con sus tacos modernos y su marca patrocinadora, sin contar que por acá ya habían hecho historia Pelé, nuestro Mendocita, Maradona y después Messi, sin tacos (quizás descalzos y en nombre de la dignidad.com).
Debe tenerse presente que la Copa América es el torneo de fútbol más viejo del mundo. El VAR, manejado –desde tiempos remotos– a su antojo, por la Santa Iglesia Católica, sin solicitar ninguna repetición decretaba todas las jugadas a favor del equipucho del “Viejo Continente”.(Y eso que aún no andaba por allí Florentino Pérez)…
Como la mismísima FIFA, desde El Vaticano el Papa Fernando VI, en fecha 3 de mayo de 1493, emite una infame bula a favor de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, que los hace dueños de todas las tierras recién descubiertas por sus secuaces en este lado de la orilla del gran charco llamado mar océano, que por cierto, según datos historiográficos ya había sido surcado –que lo digan Olafo y su pandilla de vikingos–, quizás para otros épicos encuentros, aunque con jugadores negros o amarillos, como (des) califica el propio eje del mal.
Intencionada o malintencionadamente Espn, Foxsport y las redes sociales no dieron suficiente cobertura. Jajaja.
Según el portal Definición.De, “suele llamarse descubrimiento al primer contacto de un pueblo con otra cultura, en un ámbito geográfico diferente al propio.
Los europeos hablan de descubrimiento de América para referirse a la llegada de Cristóbal Colón al continente en 1492, aunque resulta imposible ‘descubrir’ una nueva tierra que ya estaba habitada desde hacía miles de años…”
En vista de aquellas pretensiones invasivas, la oncena americana alineó de urgencia para “salir al encuentro” del equipo agresor. Implicó confrontación. Ellos sacaron ventaja tempranera. La marquesina reflejaba una guerra de lanzas y flechas contra arcabuces y pistolas. Garra, arrojo y bolas contra ambición insaciable de poder y riquezas. Armas que eran para el sustento alimenticio hubieron de transformarse a favor de la defensa: ingenio y rabiosa candidez contra pólvora. Desde entonces pretendieron acabar con los emblemáticos Tihuantisuyu Inca o con el Chilam Balam de los Mayas para negar lo preexistente. No se sabe la cantidad de muertos. Por ello, nada que celebrar.
Los trasgresores aún no entienden que por acá ya se sabía que la mejor defensa es el ataque (aunque en condiciones desiguales). Manipularon para usufructuar arbitrariamente todo lo “hallado”.
Se trata de fútbol, no de xenofobia. Y la regla es precisa: gana el que marca más goles.
Por acá seguirán defendiendo lo nuestro los espíritus de Pelé, Mendocita, El Diego…y en vivo Messi, Ronaldo el gordo, Dinho, Neymar, Salo y otros tantos…contrarrestando las tácticas de los supuestos descubridores.
Ellos, los del «Viejo Continente» llevan la delantera, pero el juego aún no termina…