Pascua de resurección : la fe cristiana que se renueva

Iberopressreporters/ Especial

La Pascua de Resurrección es un evento central en la fe cristiana, que celebra la resurrección de Jesucristo, marcando así la victoria sobre el pecado y la muerte.

Era el tercer día después de la crucifixión de Jesús. La pena y la tristeza invadían el corazón de sus discípulos y seguidores, quienes aún no podían comprender la magnitud de lo que estaba por suceder. En el aire había un silencio profundo, roto solo por el lamento de aquellos que habían perdido a su Maestro.

Las mujeres, entre ellas María Magdalena, habían preparado aromas y ungüentos para embalsamar el cuerpo de Jesús. Al amanecer, decidieron ir al sepulcro, con la esperanza de rendir homenaje a quien tanto amaban. Al llegar, se encontraron con una escena inexplicable: la piedra que cerraba la entrada del sepulcro estaba removida.

Con temor y confusión, se acercaron. Al mirar dentro, no encontraron el cuerpo de Jesús. En su lugar, dos ángeles, con vestiduras resplandecientes, les dijeron: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado”. La noticia era tan asombrosa que las mujeres sintieron una mezcla de alegría y temor.

Rápidamente, corrieron a contarles a los discípulos lo que había sucedido. Pedro y Juan, llenos de incredulidad, decidieron ir al sepulcro. Juan llegó primero y se asomó, viendo las vendas que habían envolvido a Jesús, pero no entró. Pedro, siempre impulsivo, llegó y entró en el sepulcro, encontrando solo las vendas y el sudario que había cubierto la cabeza de Jesús, guardado en un lugar aparte. La realidad de la resurrección comenzaba a gestarse en sus corazones.

Mientras tanto, Jesús se apareció a María Magdalena. Ella, atónita y llena de lágrimas, lo reconoció cuando Él pronunció su nombre. “¡Rabbuni!”, exclamó, abrazándolo con fervor. Jesús le dijo que fuera a contar a sus discípulos que había resucitado, y así, María se convirtió en la primera mensajera de la resurrección.

En los días siguientes, Jesús se apareció a sus discípulos en varias ocasiones, confirmando su resurrección y enseñándoles sobre el Reino de Dios. Les dio instrucciones para llevar su mensaje a todas las naciones, prometiendo que no estarían solos, pues enviaría al Espíritu Santo para guiarlos.

La resurrección de Jesús no solo transformó a sus seguidores, sino que cambió el curso de la historia. La Pascua se convirtió en símbolo de renovación y esperanza, recordando a los creyentes que, a través de Jesucristo, la muerte no es el final, sino el inicio de una vida nueva en la presencia de Dios.